jueves, 15 de septiembre de 2016

La era del chantaje II

El código familiar no discrimina
En la columna editorial de ayer hicimos una detallada introducción a lo que llamamos La Era del Chantaje, ahora abundaremos sobre ella.

En los tiempos que corren donde lo políticamente correcto está en boga, el chantaje es algo recurrente.  El chantaje como argumento en los tiempos modernos se ha convertido en un instrumento para doblar voluntades y razones a conveniencia.  Hoy más que nunca importa mucho el qué dirán y en eso se basa el chantaje.

A los políticos es a los primeros que les importa el qué dirán ya que eventualmente eso tiene una consecuencia en las urnas los días de elecciones.  No es coincidencia pues, que en el parche más reciente que le hicieron a Ley Politico Electoral hace un par de años, los legisladores hayan cedido al absurdo capricho de FORZAR al sistema de partidos a postular a personas sin preparación como candidatos a puestos de elección popular, ya sean para alcaldías, diputaciones, senadurías en aras de observar el principio de equidad de género.

La senadora del PRI Diva Hadamira Gastélum Bajo se valió del chantaje para cabildear y convencer que en pleno siglo 21 era inconcebible que la mujer no tuviera la misma cantidad de espacios en las candidaturas de los partidos ni en los puestos públicos.   La senadora no tuvo empacho en usar la auto discriminación al género femenino como instrumento principal de chantaje.   Eventualmente le dio resultado.

Antes de la obligatoriedad de la equidad de género en política no había una prohibición para que la mujer participara y fuera elegida, sin embargo, la senadora generó la percepción que sí para luego responsabilizar al género opuesto ante la opinión pública desde su unilateralidad.  La senadora consiguió que el presidente de la república incluyera esa obligatoriedad de reparto de candidaturas por motivo de equidad de género a costa de diluir la experiencia, preparación, funcionalidad y calidad de servicio de quienes buscarían servirle a México.  Para la senadora y la clase política que trabajó en ello la prioridad fue improvisar candidatas con tal de que las cosas se vieran parejas.  Chantaje wins. 

Pero la senadora no se detuvo ahí.  Obtener el sí legislativo a su estrategia del chantaje en pro de sus intereses (ella lidera a las mujeres priistas en el país) era solo el primer paso en su proyecto de obtener leyes preferenciales para su género, no el género al que pertenece, sino el que lidera.  Inmediatamente después la legisladora sinaloense emprendió una nueva cruzada en contra de lo que ella llama “violencia política por razón de género”.  Nada más subjetivo, auto discriminatorio y chantajista que ese argumento.   Primero pide equidad de participación, después no acepta el clima en que la política se desarrolla en el país.

El chantaje del movimiento LGBT.

La homosexualidad no debería ser motivo de discriminación ni ayer, hoy ni nunca.  El LGBT es una forma de auto discriminación de esa minoría ya que todas esas preferencias son una forma de homosexualidad.

Homosexualidad

1.- Atracción sexual que una persona siente hacia otra del mismo sexo.
2.- Práctica sexual que se da entre personas del mismo sexo.

Los homosexuales en México han luchado por mucho tiempo contra la discriminación hacia ellos.  Se han procurado la tolerancia y han obtenido leyes que les protegen contra la discriminación.   Ha sido una lucha férrea y justa la cual ha sido sostenida por muchos años.  No creo que alguien esté en contra de ella.   Pero una cosa son leyes que ayuden a la inclusión de este grupo de la sociedad y otra muy diferente son leyes exclusivas a privilegiar a este segmento de la población.
La comunidad homosexual del país ha asumido que no cuenta con el derecho a adoptar.  Cosa por demás equivocada y en casos dolosamente falsa.

Los códigos familiares locales, en sus artículos relacionados al tema de la adopción no hace distingo de las preferencias sexuales del adoptante.  No menciona la condición de homosexualidad como impedimento para adoptar, por el contrario, los requisitos son parejos para todos.  Las legislaciones en materia de familia pues, no son discriminatorias; los reclamos de las agrupaciones homosexuales sí, pues asumen que por sus preferencias sexuales no aplican para recibir a un menor en adopción. 

                      

**Entre los requisitos no hay un solo elemento discriminatorio hacia los homosexuales

Los homosexuales hoy en día precisan que la ley los distinga de manera especial en el renglón de la adopción.  Es un asunto más de ego y no de certeza legal y para ello recurren al chantaje moral y a la solidaria opinión por imitación de sus simpatizantes espectadores.

La realidad: El pastelazo en las caras.

Tan metidos en su capricho legislativo están las agrupaciones de homosexuales que en materia de adopción ignoran, no sé si por sistema o de manera fortuita, que el código familiar lo que busca es proteger el bien supremo que es el bienestar de los menores adoptados.  La adopción se trata de los derechos de los menores no de los adoptantes.  

                 


No hay por encima de la ley o del código familiar, ni lo debe haber una importancia superior al interés superior de la adopción quien es EL MENOR.

No se trata pues de “indemnizar” - por decirlo de alguna manera que sirva de ejemplo - a los homosexuales por razón que se sientan discriminados en el tema de las adopciones, peor aún, que se sientan discriminados por sí mismos.

Retomando

¿Qué tienen en común la lucha y aprobación del apartado de la Reforma Político-Electoral que obliga a los partidos políticos a postular a sus candidatos en equidad de género, los fallos favorables de la Suprema Corte sobre el uso lúdico de la marihuana para 5 personas, los fallos favorables para que personas del mismo que promovieron un amparo pudieran casarse, entre otras?    Tienen en común la presión a base del chantaje y a una enorme legión de 'hinchas' de la polémica tras los teclados perfectamente semi-informados dispuestos a adoptar una postura que les reditúe en imágen de políticamente correcto.

En la era del chantaje primero está el atrevimiento y luego las reacciones encontradas y mucho después está la búsqueda de la punta de la madeja.   Antes la polémica que la información.   La estridencia antes que la armonía.  Siempre dice más el morbo de la controversia que la parsimonia de lo correcto.

Espero que los homosexuales vean coronado su sueño de poder casarse libremente en todo el país, es algo justo.  Del mismo modo, espero que dejen de exigir tratos exclusivos y especiales por sus preferencias sexuales, pero lo que más espero es que la legión imbécil conformada por los espectadores, corte de tajo con su advenediza, viciosa y tóxica manera de proceder ante cada controversia.

Disyuntiva: ¿Ser políticamente correcto ó política y correctamente informado?

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